miércoles, 24 de diciembre de 2014

2015 UN NUEVO ESCENARIO. (I)
El año del 2015 constituirá obligatoriamente un nuevo escenario político, no tan solo para celebrar un año calendario, sino determinante en la vida de la reingeniería política de la nueva Venezuela, en este escenario encontraremos a un actor político, aunque posiblemente con métodos y comportamientos políticos no tradicionales, que ejercerá un papel muy definitivo en el devenir político: el ciudadano marginado de la política.
En trabajos anteriores he hecho referencia a la importancia que para la vida política nacional constituyo “La Generación del 28”, fue la incorporación a la lucha política de jóvenes estudiantes, sociedad civil y pequeños empresarios, los jóvenes estudiantes asumieron el liderazgo, sus actuaciones conformaron las bases para cambiar el escenario político y se hicieron lideres y conductores durante aproximadamente 50 años, en ellos hubo un elemento que los perpetuo en la vida política: vocación y entrega en las bases filosóficas de sus ideales,  mística en la lucha y  en la búsqueda de un nuevo ideal nacional y un profundo sentimiento por hacer de Venezuela un Venezuela libre, democrática y de todos y cada uno de los venezolanos, desarrollándose sobre una plataforma ideológica pluralista, de amplia participación ciudadana y con el afán de integrar a Venezuela a la modernidad del siglo XX.
Me refiero a la “Generación del 28” ya que si entendemos que el 2015 tiene que ser el año de la incorporación de Venezuela al siglo XXI, se nos hace necesario conocer y entender porque esa Generación, liderizo esa nueva Venezuela y cuál fue  el perfil de los integrantes de esa Generación.
El 2014 deja al país sumergido en un mundo de incertidumbres, de definiciones, en medio de una tormenta en donde la nave no tiene brújula, se la quitaron, no tiene capitán que la guie, el que la metió en plena tormenta murió, y la tripulación esta desesperada, agotada ante la incertidumbre de qué hacer ante un mar turbulento, con ignorancia de no saber donde nos encontramos, aunado al sentimiento de frustración, la desesperación de que el barco navega en sentido contrario debido a que quienes lo conducen son incapaces e ignorantes, unos, y otros piratas politiqueros que asaltaron el barco para llevarlo a un puerto incierto, pero será el sitio donde venderán el tesoro que pertenece a una tripulación que permitió, por su indiferencia, abulia y despreocupación que unos piratas se apoderaran de la mejor y más importante y significativa embarcación que existía en Latinoamerica y el Caribe.
Venezuela inicia un nuevo año bajo el dominio, arbitrariedad y descontrol de un desgobierno llevado por una elite de poder absolutista y donde prevalece la soberbia y prepotencia del poder y bajo la egida de fidelidad a que están obligados con un poder extranjero colonialista. Paralelamente  esa Elite de poder absolutista y anti-nacional, existe una clase política no identificada abiertamente, con la Elite oficialista que se ha hecho hegemónica e intolerante, que se considera, por estar integrada por representante de partidos políticos tradicionales o de nuevos, nacidos en la época del conflicto, ungidos de la conducción de una propuesta para el cambio que no han sabido delinear, que no han sabido hacerse creíbles, que se han hecho contradictorios, con el agravante que sus planteamientos son tan vacios que han originado mayor confusión en la población, falta de credibilidad y ausencia total de liderazgo. Agrupados en una organización sin consistencia ni base política se quieren constituir en los grandes árbitros del futuro nacional. Son tan hegemónicos como la elite oficialista, deliberan y deciden a espaldas del sentimiento nacional. Sus integrantes son políticos que han hecho de la crisis una gran oportunidad para tomar el rumbo y conducción del poder nacional. Se mantiene la tesis que hay que salir de los destructores de la institucionales democrática y generadores de la crisis política, sin mirar hacia adelante, “cualquiera es bueno, lo necesario es salir de los invasores colonialistas”, en el camino enrumbaremos el andar.
Los ciudadanos, sean del estrato social que sea, el pueblo general, los profesionales, los empresarios, los jóvenes estudiantes actores especiales de las generaciones de relevo, en los actuales momentos no ven, no encuentran, en la elite del oficialismo, ni en la elite de los partidos actuantes, espacio para hacerse participes o para hacerse exponentes de sus necesidades, aspiraciones o inquietudes, sobre soluciones a un futuro incierto. Se entiende que la solución del país está en la integración y la unión ante una propuesta nacional, todos alrededor de un  gran proyecto nacional, nunca un salto al vacío y menos conducidos por individuos carentes de esa mística y voluntad de servicio que caracterizo a la “Generación del 28”.
El oficialismo mediante una oferta demagógica, populista y con escondido personalismo, se adueñaron del país, un  grupo de “Notables”, guiados por el oportunismo y la aventura se hicieron cómplices, una población ingenua y cansada del abuso del clientelismos de la elite política que domino las últimas décadas del siglo pasado, se prestó mansamente a la oferta engañosa. Ese oficialismo arribista se adueño del país, irrespeto el Estado de Derecho, se legitimaron ilegítimamente y se apropiaron del patrimonio nacional, pisotearon el sentimiento nacional y nuestra historia, nos quitaron la dignidad nacional, nos quitaron la ciudadanía conquistada con esfuerzo y sangre y nos hicieron súbditos, no solo de ellos sin también de un país colonizador, antidemocrático y personalista. Nos invadieron como años remotos los hacían los piratas negreros y nos entregaron a una isla del Caribe para que su dictador dispusiera de nuestro futuro y de nuestro patrimonio.
La Elite política que se constituyo paralelamente a la hegemonía oficialista, se adueño del pensamiento nacional, no entendieron o no pudieron entender, que el advenimiento del nuevo oficialismo requería un cambio de mentalidad ante la realidad nacional y de impulsar un nuevo liderazgo creíble, que permitiera salir de los invasores destructores y darle al país un gobierno legitimo y creíble. No entendieron que el pueblo siguió y aclamo a los viejos líderes fundadores, porque ellos hicieron historia y dieron credibilidad con liderazgo. Salir de los invasores destructores de las instituciones democráticas, salvar el aparato productivo, salvar nuestra nacionalidad es fundamental, pero hay que saber salir. No lo entendieron, hicieron de la crisis un slogan que llevara a la ciudadanía a pensar que la solución estaba solo en manos de ellos, darle continuidad a la hegemonía de los partidos con menosprecio del sentimiento nacional. Salgamos de aquellos y después hacemos las correcciones. Se hicieron retóricos y loros agradables a los intereses de los destructores. Nos han venido proponiendo más de lo mismo. No han sido capaces de presentar una propuesta serie y creíble. Nos quieren llevar, bajo la justificación de que hay que salir de eso a costa de lo que sea, a continuar viviendo de las ofertas de la cúpula de partidos políticos, conformadas por arribistas negociadores de sus conveniencias e interés personales.
Vale recordar que la “Generación del 28”, nació en medio de una crisis histórica, política, social y económica, en una Venezuela que era propiedad de los grandes “señores”, que se hicieron dueños de Venezuela en nombre de la lucha independentista. Esa Generación de jóvenes nació para transformarse en los conductores de un país, darle democracia, darle dignidad y respeto a los derechos ciudadanos, de esa forma sacaron a Venezuela del atraso del siglo XIX y nos integraron al siglo XX.
Hoy cuando, después de 14 años de haber llegado al siglo XXI, al mundo de la globalización, cuando los venezolanos nos sentimos excluidos del desarrollo mundial, nos sentimos ciudadanos de tercera, llevados al mundo de las cavernas y el atraso tecnológico y del aislamiento internacional, necesitamos de una Nueva Generación imbuida de espíritu de crecimiento, patriótico y sentimiento nacional, con propuestas que nos lleven al crecimiento y desarrollo moderno y de gran credibilidad intelectual y moral, que tome el rumbo del país, mediante una propuesta que constituya una nueva alternativa, vial y creíble. Que nos coloque fuera de la dicotomía y la incertidumbre de Capitalismo o Comunismos, Socialismo o Dependentismo económico. Que nos coloque bajo la garantía de un gobierno que tenga sentido nacional, que nos coloque dentro del camino del crecimiento industrial,  fuera del rentismo petrolero y dentro del desarrollo de las grandes potencialidades que caracterizan a Venezuela. Que nos permita ser gobernados por los mejores y más capaces, por hombres que conciban al ciudadano como un ente de derechos y oportunidades, no un instrumento para llevar a incapaces y cargados de ambición desmedida al manejo del poder.
Una Tercera Vía, una nueva alternativa donde el venezolano vuelva a ser ciudadano de primera y no súbdito de una elite política y menos de un ente extraterritorial. Hacia la Venezuela que todos queremos.
Que se debe entender en nuestra realidad política nacional como esa Tercera Vía. En próximo trabajo trabajare para explanar la idea.