DEL
CONGRESO DE 1811, AL PARLAMENTO DEL 2015. (I)
Venezuela
se aproxima a la recta final del hecho histórico más importante que los
venezolanos realizaremos en nuestra historia política, al 6 de Diciembre. En el
Congreso de 1811 se aprobó la Primera Constitución Nacional que le dio vida
legitimas a nuestro país, podemos decir que se asentó la verdadera acta de
nacimiento de nuestra nación, esa que el 5 de julio declaro su independencia
como Colonia dependiente de la Corona Española, dicha Constitución fue firmada
el 21 de Diciembre del indicado año 1811. Este 6 de diciembre, a los 204
años, los venezolanos concurriremos a ejercer el derecho democrático del voto
para elegir un nuevo Parlamento que marcara el punto de partida de la
reconstrucción nacional.
Bien
es cierto que Venezuela declara su independencia ese 5 de julio, pero también
lo es que se abre un periodo de lucha independentista que nos llevara a un
proceso bélico que concluye en Carabobo, para luego entrar en un lucha de
intrigas que concluyen en 1830, con la separación de Venezuela de la Gran
Colombia, la muerte de Simón Bolívar, el inicio de la Primera República, el
posicionamiento de los héroes de la Guerra de Independencia. Se constituye un
nuevo orden, las élites influyentes del país se proponen desarrollar tres
elementos: el caudillismo como sistema político, la creación del Estado
Nacional y el establecimiento de una ideología liberal. Se debe indicar que el
caudillismo es el producto del vacío de poder existente, la falta de una
autoridad nacional, esta se encuentra distribuida en el poder de los terratenientes,
el aislamiento de las regiones. Existe para el momento una sociedad atrasada
con en la colonia, reina un gran analfabetismo que genera exclusión social; el
caudillismo regional, se consolida a través de la Guerra de Federal, una lucha
armada que constituyo el periodo más deplorable de nuestra vida. Desde Zamora y
Falcón, 1859, hasta Cipriano Castro, “nada empobreció, embruteció y envileció
mas a nuestro país que esas escaramuzas que todos los años desangraron vasta
provincia en nuestra tierra”. En el decir de Domingo Alberto
Rangel, “dos generaciones venezolanas crecen oyendo el estampido de los
disparos y sufriendo las arbitrariedades de la soldadesca…fue la guerra civil
con sus proclamas altisonantes, sus desfiles de las caballerías bárbaras, sus
pillajes sin límites y aquellas tropas aguardientosas que celebraba la victoria
vaciando la botella en una boca ávida. Esa estampa seguía a todo venezolanos
desde la cuna hasta la tumba.” Es este el escenario en el que transcurre la vida
republicana hasta 1900, el venezolano poco tiene que recordar en esta historia,
es un mundo de caudillos que tenían el tácito y sagrado de derecho a alzarse,
son los dueños del país, en tierras y hombres, marcan el andar del poder, la
nación se encuentra totalmente dividida; los Andes distanciados completamente
de los llanos, del oriente del país, cada región es un centro de poder, el
caudillo marca e rumbo, es el gran señor
feudal.
A
finales del siglo XIX, en Venezuela prevalece la anarquía política, es un país
rural sin rumbo, no tiene ubicación en Latinoamérica, es un país bárbaro,
determinado por las enfermedades, con una población analfabeta y enguerrillada,
solo un pequeño sector que domina la explotación del café y el cacao se
caracteriza por regular el nivel de vida. Venezuela carece de importancia para
el mundo. Un hecho político a finales del siglo XIX cambia el rumbo del país.
La Revolución Liberal Restaurador o de los “sesenta días” (23 de mayo a 23 de
octubre de 1899), a este hecho debemos agregar otro que cambiara la escena
económica nacional: el petróleo.
El
siglo XX va constituir el reverso de lo que fue el siglo XIX. Los gobiernos de
Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez realizaran cambios políticos, dan punto
final a los liderazgos regionales de los caudillos: Cirpiano Castro con el
triunfo obtenido en la batalla de La Victoria, 1902. La Revolución Libertadora
(1901-1903), una coalición de caudillos encabezados por el banquero Manuel
Antonio Matos, aliados con empresarios internacionales (New York & Bermúdez
Company Orinoco Steamship Compani y la Compañía de Cables Frances, intentaron
derrotar al gobierno de Cipriano Castro. A la llegada al poder Castro se
propone fortalecer un gobierno centralista, cancelar la deuda externa,
modernizar las fuerzas armadas y establecer una alianza con los caudillos más
influyentes en el país, debilitando al mismo tiempo a muchos otros, copiando a
Antonio Guzmán, establece alianzas para imponer funcionarios del gobierno
central en cada una de las regiones del país, alianzas que lo llevan a
concentrar a su alrededor a caudillos que se vieron obligados a apoyar sus
políticas o correr el riesgo de verse aislados y perder los beneficios del
poder. En la revolución Libertadora sus impulsores fueron financiados por
banqueros caraqueños que habían sido vejados por Castro, quien ante la
necesidad de conseguir apoyo económico para cancelación de deudas, invito a
varios banqueros a una reunión en palacio donde les requirió apoyo, el cual, en
un principio le fue negado, ante tal negativa, Castro en un arranque de
astucia, se cuenta, llama a uno de sus asistentes y le ordena que lleve a los
banqueros invitados a un salón de palacio, manifestándole a estos que su
asistente tendrá la orden de obsequiarles café durante todo el tiempo que ellos
requieran, pues, no se podrán retirar a sus hogares hasta que no encuentren una
solución para facilitarle el dinero por él requerido, en horas de la tarde tales
invitados especiales requirieron la presencia del Presidente y lo pusieron en
cuenta de su “libre decisión darle el apoyo que antes le habían negado, de allí
el disgusto de tales banqueros. La Revolución Libertadora se va gestando desde
los Estados Bermúdez y Bolívar, sus actores están encabezados por Pablo Guzmán,
Horacio y Alejandro Dùcharne, Zoilo Vidal, caudillos orientales, en el Táchira
por Carlos Rangel Garbiras y en el Estado Lara por Rafael Montilla, pero es en
el mes de diciembre cuando se desata la revuelta armada en todo el país, se
inicia con el veterano general liberal Luciano Mendoza, quien se alza con
grupos de Aragua y Carabobo, bautizándose el movimiento como Revolución Libertadora,
Castro reacciona de inmediato fortaleciendo su Ejercito Activo, dotándolo de
armamento moderno, inclusive buques de guerra y transporte. Se inicia el
alzamiento bajo el protagonismo de Manuel Antonio Matos, quien logra convencer
a varios caudillos descontentos, se libran varias batallas entre ellas la más
importante la desarrollada en La Victoria en noviembre de 1902. La importancia
de la derrota obtenida por el gobierno fue el haber logrado la división entre
los derrotados producto de las diferencias internas reinantes entre ellos,
logrando reconquistar el territorio
ganado. De esta batalla sobreviven algunos rebeldes en algunas zonas
orientales, destaca el general Nicolás Rolando en Guayana. El triunfo en la
batalla de La Victoria otorga a Castro un éxito y respeto internacional, en la
Escuela Militar de Chile llegan a colocar su foto y los cadetes diariamente le
hacían el saludo militar, el canciller de la Argentina, Luis María Drago,
enuncio lo que se conoce como la Doctrina Drago, según la cual es inaceptable
cualquier forma de acción armada por parte de las potencias extranjeras en
contra de los paises latinoamericanos, para obligarle a cumplir con compromisos
de pagos de las deudas internacionales. En 1903, producto del asedio, el
Presidente Castro ocurre ante el Presidente Roosevelt de los Estados Unidos,
obligando al retiro de las naves europeas, en aplicación de la Doctrina Monroe,
obligando al retiro de las naves europeas según el Protocolo de Washington
formado el 13 de febrero de 1903.
Los
movimientos rebeldes de las fuerzas libertadoras de Rolando llevan Castro a
enviar un fuerte contingente naval y terrestre al mando del General Juan
Vicente Gómez, para someter a las fuerzas de Rolando atrincheradas en Ciudad
Bolívar, luego de una sangrienta batalla el general Rolando se rinde en Ciudad
Bolívar junto a su estado mayor el 21 de julio de 1903, sellando así el final
de la guerra civil en Venezuela y la defenestración del caudillismo de
montoneras regionales. Marca el final del siglo XIX, da paso a una etapa de consolidación del gobierno central bajo la hegemonía de los andinos.
La aparición del petróleo, constituye para Venezuela el inicio de nuevos
tiempo, totalmente distinto y opuesto a los vividos hasta ese momento. Venezuela
es un país dividido en veinte soberanías
regionales bajo el control de unos gamonales, donde el poder nacional dependía
de una mayoría de amos regionales “dispuestos a aceitar sus armas a diario
porque la contingencia de la guerra estaba a la vuelta de la esquina”. El siglo
XX presenta para el país un nuevo escenario, desparece el poder de los
caudillos regionales, nace un verdadero gobierno central y la aparición del
petróleo da origen al éxodo rural hacia las ciudades, conformándose una nueva
estructura social y se da inicio a una economía capitalista y la mirada
internacional cae sobre el país.
Es interesante destacar que esa
Venezuela ignorada internacionalmente que no era atractiva por sus riquezas ya
descubiertas ni por su posición geográfica estratégica, tanto para Norte
América como para Europa, empieza a ser vista en forma diferente por los
grandes centros motrices del capitalismo mundial. Ese petróleo que empieza a
florecer desde las entrañas de la tierra inicia una transformación en lo
económico, en lo social y en lo político, el mundo vive la terminación de la
primera guerra mundial y Venezuela es una garantía de suministro combustible
para las potencias europeas y Norteamérica. Es el inicio de una nueva era que
colocara el sello de un proceso de transformación económica y surgimiento de
nuevas elites políticas y económicas, donde será determinante el rentìsmo
petrolero.
Vale indicar que no se ha sabido entender, aun cuando mucho se ha escrito y
discutido, que la renta petrolera tenia que considerarse como un recurso
productivo económicamente eficiente y no una fuente de acumulación de capital
no productivo. Uslar Pietri, en el año 1936, en un artículo intitulado “Sembrar
el Petróleo”, caracterizo la agricultura como “una economía reproductiva y
progresiva”, en tanto que designaba a la minería como “economía destructiva” y
por consiguiente efímera. La historia le ha dado en gran parte la razón.
Durante todos los gobiernos nacionales tal planteamiento ha sido el centro de
discusión y hoy en día se hace necesario, cuando se habla de adentrarnos en
forma definida y consciente, en el siglo XXI, que entraremos en épocas nuevas y
donde prevalecerán criterios productivos, el cambio de paradigmas. Entender la
necesidad de aprovechar cabalmente la renta petrolera como fuente adicional y
cuantiosa para el desarrollo de las capacidades productivas, requerirá
colocarnos a la altura de esas nuevas épocas.
Los procesos vividos en las últimas
décadas del pasado siglo, conformaran adelantos, errores e indecisiones, que
evaluarlas responsablemente y dentro de nuevos escenarios políticos nacionales
e internacionales, constituirán el éxito o fracaso del reto de cambio exigido
por la dinámica nacional. (Continuara)
*Domingo Alberto Rangel. Venezuela en Tres Siglos.