sábado, 5 de diciembre de 2015

DEL CONGRESO DE 1811, AL PARLAMENTO DEL 2015. (I)

Venezuela se aproxima a la recta final del hecho histórico más importante que los venezolanos realizaremos en nuestra historia política, al 6 de Diciembre. En el Congreso de 1811 se aprobó la Primera Constitución Nacional que le dio vida legitimas a nuestro país, podemos decir que se asentó la verdadera acta de nacimiento de nuestra nación, esa que el 5 de julio declaro su independencia como Colonia dependiente de la Corona Española, dicha Constitución fue firmada el 21 de Diciembre del indicado año 1811. Este 6 de diciembre, a los 204 años, los venezolanos concurriremos a ejercer el derecho democrático del voto para elegir un nuevo Parlamento que marcara el punto de partida de la reconstrucción nacional.
Bien es cierto que Venezuela declara su independencia ese 5 de julio, pero también lo es que se abre un periodo de lucha independentista que nos llevara a un proceso bélico que concluye en Carabobo, para luego entrar en un lucha de intrigas que concluyen en 1830, con la separación de Venezuela de la Gran Colombia, la muerte de Simón Bolívar, el inicio de la Primera República, el posicionamiento de los héroes de la Guerra de Independencia. Se constituye un nuevo orden, las élites influyentes del país se proponen desarrollar tres elementos: el caudillismo como sistema político, la creación del Estado Nacional y el establecimiento de una ideología liberal. Se debe indicar que el caudillismo es el producto del vacío de poder existente, la falta de una autoridad nacional, esta se encuentra distribuida en el poder de los terratenientes, el aislamiento de las regiones. Existe para el momento una sociedad atrasada con en la colonia, reina un gran analfabetismo que genera exclusión social; el caudillismo regional, se consolida a través de la Guerra de Federal, una lucha armada que constituyo el periodo más deplorable de nuestra vida. Desde Zamora y Falcón, 1859, hasta Cipriano Castro, “nada empobreció, embruteció y envileció mas a nuestro país que esas escaramuzas que todos los años desangraron vasta provincia en nuestra tierra”. En el decir de Domingo Alberto Rangel, “dos generaciones venezolanas crecen oyendo el estampido de los disparos y sufriendo las arbitrariedades de la soldadesca…fue la guerra civil con sus proclamas altisonantes, sus desfiles de las caballerías bárbaras, sus pillajes sin límites y aquellas tropas aguardientosas que celebraba la victoria vaciando la botella en una boca ávida. Esa estampa seguía a todo venezolanos desde la cuna hasta la tumba.” Es este el escenario en el que transcurre la vida republicana hasta 1900, el venezolano poco tiene que recordar en esta historia, es un mundo de caudillos que tenían el tácito y sagrado de derecho a alzarse, son los dueños del país, en tierras y hombres, marcan el andar del poder, la nación se encuentra totalmente dividida; los Andes distanciados completamente de los llanos, del oriente del país, cada región es un centro de poder, el caudillo  marca e rumbo, es el gran señor feudal.
A finales del siglo XIX, en Venezuela prevalece la anarquía política, es un país rural sin rumbo, no tiene ubicación en Latinoamérica, es un país bárbaro, determinado por las enfermedades, con una población analfabeta y enguerrillada, solo un pequeño sector que domina la explotación del café y el cacao se caracteriza por regular el nivel de vida. Venezuela carece de importancia para el mundo. Un hecho político a finales del siglo XIX cambia el rumbo del país. La Revolución Liberal Restaurador o de los “sesenta días” (23 de mayo a 23 de octubre de 1899), a este hecho debemos agregar otro que cambiara la escena económica nacional: el petróleo.
El siglo XX va constituir el reverso de lo que fue el siglo XIX. Los gobiernos de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez realizaran cambios políticos, dan punto final a los liderazgos regionales de los caudillos: Cirpiano Castro con el triunfo obtenido en la batalla de La Victoria, 1902. La Revolución Libertadora (1901-1903), una coalición de caudillos encabezados por el banquero Manuel Antonio Matos, aliados con empresarios internacionales (New York & Bermúdez Company Orinoco Steamship Compani y la Compañía de Cables Frances, intentaron derrotar al gobierno de Cipriano Castro. A la llegada al poder Castro se propone fortalecer un gobierno centralista, cancelar la deuda externa, modernizar las fuerzas armadas y establecer una alianza con los caudillos más influyentes en el país, debilitando al mismo tiempo a muchos otros, copiando a Antonio Guzmán, establece alianzas para imponer funcionarios del gobierno central en cada una de las regiones del país, alianzas que lo llevan a concentrar a su alrededor a caudillos que se vieron obligados a apoyar sus políticas o correr el riesgo de verse aislados y perder los beneficios del poder. En la revolución Libertadora sus impulsores fueron financiados por banqueros caraqueños que habían sido vejados por Castro, quien ante la necesidad de conseguir apoyo económico para cancelación de deudas, invito a varios banqueros a una reunión en palacio donde les requirió apoyo, el cual, en un principio le fue negado, ante tal negativa, Castro en un arranque de astucia, se cuenta, llama a uno de sus asistentes y le ordena que lleve a los banqueros invitados a un salón de palacio, manifestándole a estos que su asistente tendrá la orden de obsequiarles café durante todo el tiempo que ellos requieran, pues, no se podrán retirar a sus hogares hasta que no encuentren una solución para facilitarle el dinero por él requerido, en horas de la tarde tales invitados especiales requirieron la presencia del Presidente y lo pusieron en cuenta de su “libre decisión darle el apoyo que antes le habían negado, de allí el disgusto de tales banqueros. La Revolución Libertadora se va gestando desde los Estados Bermúdez y Bolívar, sus actores están encabezados por Pablo Guzmán, Horacio y Alejandro Dùcharne, Zoilo Vidal, caudillos orientales, en el Táchira por Carlos Rangel Garbiras y en el Estado Lara por Rafael Montilla, pero es en el mes de diciembre cuando se desata la revuelta armada en todo el país, se inicia con el veterano general liberal Luciano Mendoza, quien se alza con grupos de Aragua y Carabobo, bautizándose el movimiento como Revolución Libertadora, Castro reacciona de inmediato fortaleciendo su Ejercito Activo, dotándolo de armamento moderno, inclusive buques de guerra y transporte. Se inicia el alzamiento bajo el protagonismo de Manuel Antonio Matos, quien logra convencer a varios caudillos descontentos, se libran varias batallas entre ellas la más importante la desarrollada en La Victoria en noviembre de 1902. La importancia de la derrota obtenida por el gobierno fue el haber logrado la división entre los derrotados producto de las diferencias internas reinantes entre ellos, logrando  reconquistar el territorio ganado. De esta batalla sobreviven algunos rebeldes en algunas zonas orientales, destaca el general Nicolás Rolando en Guayana. El triunfo en la batalla de La Victoria otorga a Castro un éxito y respeto internacional, en la Escuela Militar de Chile llegan a colocar su foto y los cadetes diariamente le hacían el saludo militar, el canciller de la Argentina, Luis María Drago, enuncio lo que se conoce como la Doctrina Drago, según la cual es inaceptable cualquier forma de acción armada por parte de las potencias extranjeras en contra de los paises latinoamericanos, para obligarle a cumplir con compromisos de pagos de las deudas internacionales. En 1903, producto del asedio, el Presidente Castro ocurre ante el Presidente Roosevelt de los Estados Unidos, obligando al retiro de las naves europeas, en aplicación de la Doctrina Monroe, obligando al retiro de las naves europeas según el Protocolo de Washington formado el 13 de febrero de 1903.
Los movimientos rebeldes de las fuerzas libertadoras de Rolando llevan Castro a enviar un fuerte contingente naval y terrestre al mando del General Juan Vicente Gómez, para someter a las fuerzas de Rolando atrincheradas en Ciudad Bolívar, luego de una sangrienta batalla el general Rolando se rinde en Ciudad Bolívar junto a su estado mayor el 21 de julio de 1903, sellando así el final de la guerra civil en Venezuela y la defenestración del caudillismo de montoneras regionales. Marca el final del siglo XIX, da paso a una etapa de consolidación del gobierno central bajo la hegemonía de los andinos.
La aparición del petróleo, constituye para Venezuela el inicio de nuevos tiempo, totalmente distinto y opuesto a los vividos hasta ese momento. Venezuela es  un país dividido en veinte soberanías regionales bajo el control de unos gamonales, donde el poder nacional dependía de una mayoría de amos regionales “dispuestos a aceitar sus armas a diario porque la contingencia de la guerra estaba a la vuelta de la esquina”. El siglo XX presenta para el país un nuevo escenario, desparece el poder de los caudillos regionales, nace un verdadero gobierno central y la aparición del petróleo da origen al éxodo rural hacia las ciudades, conformándose una nueva estructura social y se da inicio a una economía capitalista y la mirada internacional cae sobre el país.
Es interesante destacar que esa Venezuela ignorada internacionalmente que no era atractiva por sus riquezas ya descubiertas ni por su posición geográfica estratégica, tanto para Norte América como para Europa, empieza a ser vista en forma diferente por los grandes centros motrices del capitalismo mundial. Ese petróleo que empieza a florecer desde las entrañas de la tierra inicia una transformación en lo económico, en lo social y en lo político, el mundo vive la terminación de la primera guerra mundial y Venezuela es una garantía de suministro combustible para las potencias europeas y Norteamérica. Es el inicio de una nueva era que colocara el sello de un proceso de transformación económica y surgimiento de nuevas elites políticas y económicas, donde será determinante el rentìsmo petrolero.
Vale indicar que no se ha sabido entender, aun cuando mucho se ha escrito y discutido, que la renta petrolera tenia que considerarse como un recurso productivo económicamente eficiente y no una fuente de acumulación de capital no productivo. Uslar Pietri, en el año 1936, en un artículo intitulado “Sembrar el Petróleo”, caracterizo la agricultura como “una economía reproductiva y progresiva”, en tanto que designaba a la minería como “economía destructiva” y por consiguiente efímera. La historia le ha dado en gran parte la razón. Durante todos los gobiernos nacionales tal planteamiento ha sido el centro de discusión y hoy en día se hace necesario, cuando se habla de adentrarnos en forma definida y consciente, en el siglo XXI, que entraremos en épocas nuevas y donde prevalecerán criterios productivos, el cambio de paradigmas. Entender la necesidad de aprovechar cabalmente la renta petrolera como fuente adicional y cuantiosa para el desarrollo de las capacidades productivas, requerirá colocarnos a la altura de esas nuevas épocas.
Los procesos vividos en las últimas décadas del pasado siglo, conformaran adelantos, errores e indecisiones, que evaluarlas responsablemente y dentro de nuevos escenarios políticos nacionales e internacionales, constituirán el éxito o fracaso del reto de cambio exigido por la dinámica nacional. (Continuara)
 *Domingo Alberto Rangel. Venezuela en Tres Siglos.