EL AIR ONE HIZO UN RECORRIDO POR LATINOAMERICA.
Genio R.Lobo
1.- USA-CUBA. 2.- CUBA-ARGENTINA. 3.- Retorno a USA. 4.- Entenderá el
sucesor de Obama el mensaje?. 5.- Antier Gorbachov derrumbo el Muro de Berlín y
cambio la Geopolítica, ayer Obama cambio la historia de Latinoamérica?
“Una oportunidad significa estar dispuesto a entrar en
acción. Estar dispuesto a entrar en acción significa estar dispuesto a asumir
un riesgo. Estar dispuesto a asumir un riesgo significa estar dispuesto a
adoptar un cambio. Luego, oportunidad =
acción + riesgo = cambio.” Michael
Levine.
El escritor brasileño,
Paulo Coelho, ha indicado que “las personas cambian cuando se dan cuenta del potencial que tiene para
cambiar las cosas”, para lograr los cambios se requiere de capacidad, ubicar la
oportunidad y hacerlo con sabiduría, el emperador Marco Aurelio, señalo la
necesidad de tener sabiduría para “cambiar aquello que puede ser cambiado y,
sobre todo, de conocer la diferencia”.
El Presidente Obama
termina de realizar un viaje por Latinoamérica, comprendió Cuba y Argentina,
dicho viaje constituye una gestión política estudiada y planificada con visión
de estadista político, no ha sido un simple viaje, ha sido una ruta que marcara
en la historia política un antes y un después, no solo, por eso una ruta, como
gestión personal presidencial, sino también algo visionario de perennidad,
terminación de un periodo de gestión y colocación en la historia, sembró
mensajes y desapodero al aire de discursos vacios e intrascendentes.
La primera parada la
realizo en Cuba, no solo para interactuar con los funcionarios del gobierno,
sino a diferencias de muchos de sus antecesores, hacerlo con la población, con
esas personas que durante muchos años no han sido más que silentes
observadores. Allí ya nos coloco en presencia de un cambio.
Obama no es el
Presidente Norteamericano que hace una visita con motivo de una cumbre
internacional, o reuniones de elites políticas; luego de transcurrir 88 años, lo hiso el Presidente Calvin
Coolidge, en una visita formal, Obama es el cuadragésimo cuarto presidente
norteamericano, constituye una visita con grandes efectos y cambios históricos,
la realiza en las postrimerías de su segundo y último mandato, con la
incidencia de un proceso electoral polémico y que deberá tener resultados
electorales que marcaran historia en los Estados Unidos, no solo en cuanto a
los resultados electorales, sino también, en la continuidad del actual
procedimiento electoral. Veremos posiblemente la llegada de la primer mujer a
la magistratura nacional, los partidos deberán revisarse en su organización e
igualmente los líderes políticos en su mensaje y gestión gubernamental.
Obama en su recorrido
ha dejado una estela de mensajes y comportamiento para el cambio, puede darse
el inicio final de una era que caracterizo la política norteamericana mediante
la cual se fomento el antiimperialismo en toda Latinoamérica, tanto por actos
de omisión como de acción, Cuba atesoro ese sentimiento de repudio,
especialmente desde la llegada de Fidel Castro al poder. Fidel Castro
artísticamente utilizo su discurso especulativo para consolidar su ambición de
control de poder en la isla y lo traslado a Latinoamérica y el Caribe; las
malas políticas, los errores estratégicos y la descalificación equivocada del
gobierno norteamericano, al momento de su llegada al poder, lanzo a Fidel
Castro a los brazos de la Unión Soviética, consolidándose un discurso de
descredito hacia norteamericana en la búsqueda de consolidar el comunismo y
sembrar profundamente las raíces del personalismo despótico, autoritarito y
anarquista del héroe de Sierra Maestra.
Dwight D. Eisenhower,
en USA y el Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética,
construyen las bases para consolidar el poder de la dictadura castrista y su
extensión por toda Latinoamérica. Moscú ve en Fidel una oportunidad estratégica
para difundir la filosofía totalitarista, establece convenios con Cuba, le
otorga préstamos millonarios y un convenio de compra de la producción
azucarera, en contrario Estados Unidos
suspende toda ayuda económica a la isla; nace en el Caribe y frente a Estados
Unidos un rival político, en el siglo
XXI, Solo China, 56 años y Corea del Norte, 58 años, superan el promedio de
tiempo del gobierno cubano.
Obama se ha constituido en el dirigente mundial, que ha visitado la isla con mayores
posibilidades de alentar una democratización del sistema político cubano. Ni
Mijaíl Gorbachov, ni Jimmy Carter, ni Juan Pablo II ni Nelson Mandela,
recibidos por Fidel Castro, lo hicieron. Obama, con Raúl Castro como anfitrión,
ambos con objetivos políticos coincidentes, pasan a la historia, el primero
rompiendo paradigmas para consolidar la democracia y concluir con una era y el
segundo, por transformarse en el liberador de un pueblo sentando las bases para
instaurar la democracia a partir del
2018. Obama es el presidente de Estados Unidos que aplica un sostenido
desmantelamiento del embargo comercial, con cuatro paquetes de medidas entre
diciembre de 2014 y marzo de 2016. Y es, sobre todo, un líder que personifica
algo que los cubanos no poseen desde hace mucho tiempo: un estadista joven, que
ganó limpiamente unas elecciones democráticas y que, luego de ocho años de
gobierno, se retira. No va a Cuba a imponer una forma de gobierno, menos a
insubordinar el poder de los castros; a diferencia de otros gobernantes,
utiliza el poder dentro de las conveniencias de Raúl Castro y logra lo
impensable. Con su llegada a La Habana realza el final de más de medio siglo
—exactamente 54 años— de distanciamiento entre Estados Unidos y Cuba. Se ha
criticado el hecho de que Raúl Castro no haya ido a recibirlo, pero tampoco lo
hizo Macri en Argentina. No fue ni una indiferencia ni un error, entiendo fue
una estrategia que permitió a Obama entrar a La Habana sin controles que le permitieran
ofrecer al pueblo cubano su personalidad, sencillez, humildad y mensaje de
familia; la lluvia fue su aliado, recorrió las calles como un individuo común,
llevando su propio paraguas en compañía de su esposa y sus hijas, se hizo
comparar por los observadores; el descalificado por un mensaje de años se
coloca de tu a tu con una población que se vio obligada a valorarlo en forma
distinta, tanto a él como al dictador. Monto las bases para que su discurso
fuera oído con expectativa. No tumbo el Muro de Berlín, creo una vía para el
cambio.
Se podrá
decir que uno de los mayores legados del mandato de Barack Obama, cuando en
enero de 2017 ceda en el Capitolio de Washington la presidencia a la persona
que le suceda, habrá sido haber perfilado la ruta para la finalización de un conflicto que ha enconado
las relaciones internacionales de los siglos XX y XXI, y que incluso en una
ocasión puso al mundo al borde de un conflicto nuclear
La primera parada de Obama, en la ruta del cambio, es dejar sembrada en Cuba la mejor
demostración de que ambos países viven un proceso irreversible de acercamiento,
un mensaje claro de que las cosas no van a volver a ser lo mismo en Estados
Unidos cuando se hable de Cuba. Y de que tampoco pueden seguir siendo lo mismo
en la isla. El mensaje lo siembra y abona cuando indica: “He venido aquí para
enterrar los últimos vestigios de la Guerra Fría en las Américas”.
Lo he indicado, el cambio constituye riesgos y los riesgos hay
que saberlos asumir, tener personalidad creíble es fundamental. En su visita, a
la isla que durante años se han formuladas las más inconvenientes teorías para
desnaturalizar las políticas de Estado Unidos, donde han crecido dos dictadores
que construyeron su monumento de la violencia e irrespeto a los derechos
humanos, inhabilitando a varias generación para conocer el sol y el placer de
la democracia, Obama con elegancia, con modestia y humildad, autorizado por el
actual detentador del poder, habla a la nomenclatura, en el gran Teatro de La
Habana, bajo el techo de la historia
haciendo historia y encabezada por Castro, que le escuchaba en la tribuna de
autoridades, donde también se sentaba la bailarina Alicia Alonso, icono de la
cultura cubana. Pero el presidente estadounidense no perseguía hacer llegar su
mensaje solo a la nomenclatura, quería dirigirse muy especialmente a todo al
pueblo cubano, así como al mundo, ambos pudieron seguir el discurso por
televisión. Un discurso donde hizo una defensa razonada de la democracia
liberal. Su discurso no estaba envuelto de un plan para derrocar al gobierno
cubano o cambiar de régimen, como sucedió en el pasado. No agredió a las
autoridades cubanas, o no se dieron por aludidas, con sus palabras, ya que las mismas
constituían un mal menor comparado con los beneficios que puede suponer la
apertura hacia el coloso del norte, Raúl Castro entendió que con su presencia
cedía pero iba a recibir beneficios para la meta estimada, la conferencia del
partido en el próximo abril, conferencia donde sentara las bases para el diseño
del traje de transición que se ha propuesto hacerse.
Días antes de iniciar su viaje, adelanto criterio al señalar:
“Al pueblo cubano, como a los pueblos de todo el mundo, las cosas le van mejor
con una democracia genuina en la que sea libre de elegir a sus líderes,
expresar sus ideas y practicar su fe”.
Mucho se podrá escribir y decir sobre esta primera parada del primer
pasajeror del Air One; ha sido un cambio de estilo político, otros mandatarios
deberán entenderlo; solo con sabiduría, personalidad y sapiencia se puede
entrar a la casa del déspota, sin utilizar los recursos del poder de la fuerza
y sembrar la esperanza del cambio en una población agotada en la frustración de
varias generaciones. Protegido por las paredes de la historia en el Teatro de
La Habana y ante el poderoso y su cúpula de la nomenclatura, sembró la
esperanza y le dijo al pueblo, lo que nadie se había atrevido a decirle, “el
cambio solo está en sus manos”. Esto lo entendió la cúpula y ella sabe que la
reforma política es inevitable. El cambio inicio el andar; habrán cambios antes
de febrero del 2018, en la próxima asamblea del partido comunista en abril se
alumbraran algunos rayos de luz. La población cubana y el gobierno vivirá una
estrategia de campeonato de ajedrez político; el camino a recorrer estará
determinado por un clima de lograr una mayor legitimidad que garantice vida
política al heredero designado. Un analista ha presagiado al indicar: “Si se
resisten a hacerlo (crear la legitimidad), de acuerdo con los reflejos
totalitarios del régimen, corre el riesgo de que la incertidumbre crezca
después de la sucesión y la ingobernabilidad amenace un pequeño país del Caribe
que, no por sus buenas relaciones con Washington, está libre de las
turbulencias de la región.
En esta primera parte, referida a Cuba, me permito concluir
indicando, que es muy posible que las reformas políticas que se vivirán en cuba
estarán influenciadas por el mensaje que deja Obama en esta visita, que esa
reforma deberán darse cuando se produzca un cambio de concepto de dirección del
poder bajo la sombra de los Castros y la generación histórica.
Para los cubanos y para los ciudadanos de otros países, debe
prevalecer el criterio de que la democracia, si quieren se duradera, tendrá que
llegar sin presiones externas, para ello será necesario que el ciudadano asuma
el rol histórico de hacerse participativo, con un criterio fortalecido en la
identidad nacional y la activación de los sectores productivos con criterio
social y humanístico.
El Air
One despego hacia Argentina llevando al
pasajero que ha tomado el testigo del cambio, lo transmitirá a su sustituto
presidencial, y lo va sembrando en un continente ansioso de cambio,