lunes, 11 de marzo de 2019


ATALAYA DE LA HISTORIA.
¿Nos sigue determinando el pasado? ¿Requerimos de un cambio o crear una ruta? I
Genio R. Lobo.
“Luis Castro Leiva, en su estudio sobre la filosofía de la historia venezolana, dejo en el aire una pregunta que no ha sido contestada, y quizás nunca lo sea: ¿es posible pensar a Venezuela fuera de Bolívar?, o lo que  es lo mismo, ¿Qué destino hubiera tenido Venezuela si pudiera pensarse fuera de Bolívar? La interrogante no es ociosa. El pensamiento bolivariano como filosofía política, como origen y destino de la patria, es una surte sellada. Un horizonte melancólico que nos obliga a dar testimonio del mártir de la Independencia como al creyente de su fe”. (p.13)  … “si la historia pareciera ser sin nosotros? Irónicamente Alberto Barrera Tyszka escribe en un artículo periodístico: Por supuesto que si somos unos apátridas. No lo susurramos con vergüenza, además. Queremos que todo el mundo lo sepa, que se imprima, que se publique en el periódico este domingo. Apátridas. Es una esdrújula maravillosa, tan sonora. Eso queremos ser. No nos interesa nada la patria del poder… No pertenecemos, ni deseamos formar parte de la patria que Nicolás Maduro invoca cuando agita la venezolanidad y apela a nuestra herencia heroica, a nuestro destino de glorias guerreras.” (p.17) La Herencia de la Tribu. Ana Teresa Torres.
Dedicatoria:
A mi hija Sussy, mi primogénita, semilla concebida hace 49ª,
primor de mi unión matrimonial y mi compañera, junto
a su madre a mi acto de graduación, (50a) final de una etapa e inicio de una nueva.
A mis dos hijos varones: Javier y Carlos. (Hoy de  cumpleaños)
A una madre dedicada a sus hijos: Raizza

“Hay pasados que no terminan de irse” (La Herencia de la Tribu).
Doy inicio a una saga que trata de incursionar por los intricados caminos de la historia de nuestros nacionalidad, si así se puede entender, analizando hechos históricos que caracterizaron al país en su nacimiento, tratare de presentar un análisis que nos distancie de la mitología y nos lleve a conocer una historia que nos induzca a lograr nuestra identidad y visión de país, hasta el momento perdida en una narrativa belicista, pintoresca, perdida en las lianas de una selva de heroísmo y ausentismos, es el relato heroico el que ha prevalecido, con desmedro de la producción social y cultural ejecutada por los ciudadanos. Porque nuestros ancestros, al igual que el conquistador, se perdieron en la búsqueda de “El Dorado”, ¿si este ha sido nuestra cuna.? Cabe destacar que el ciudadano como colectivo no se siente orgulloso de la construcción de la civilidad, no se le ha permitido sentirse actor de su propia historia, solo ha sido utilizado por los héroes o actores políticos, de ahí, se hace valido el criterio de que “La atención publica ha estado siempre saturada por la clase política, es decir, por los profesionales del poder”. (La Herencia de la Tribu).
En su primera parte este trabajo comprenderá el análisis de momentos determinantes como el: descubrimiento y conquista, la colonia, 19 de abril, 5 de julio, Congreso de Angostura, gesta independentista, separación de la Gran Colombia, la Guerra Federal, héroes y caudillos hasta la llegada de los Andinos al poder.
El día a día de los venezolanos está determinado al momento por la incertidumbre y desconcierto ante una crisis política, social y económica que no presenta alternativas de solución, una crisis a la cual no se le ha sabido conseguir ni sus causas ni su solución; los políticos cabalgan sobre ella sin rumbo determinado, los historiadores, intelectuales, analistas y muchos mas han ido a la búsqueda de distintas y variadas causas, muchas en la especulación del proceso económico que oriento el proceso democrático nacido a partir de mediados del pasado siglo, otros han cargado la responsabilidad a los partidos políticos y sus principales activistas; lo grave no es solo la crisis en si misma sino la ausencia de una propuesta de rumbo para salir de la misma, la prevalencia de los intereses personales o de parcialidades políticas, el no entender que mientras no exista un plan de ruta que nos indique hacia donde se debe ir, el porque es ese el lugar a donde se debe ir, se nos hace más difícil lograr la ruta y la meta.
En el análisis al que doy inicio pretendo adentrarme en el proceso histórico tanto nacional como continental, incluyendo antecedentes y hechos que contribuyeron al nacimiento de nuestro país, para reburujar  en la búsqueda de circunstancias que han podido determinar nuestro nacimiento como país, como Estado, nuestra identidad nacional, nuestra visión de nación, si la hay y de no haberla saber por que no existe, el porque de los mitos de los héroes y sus consecuencias, la ideología de la cultura racista dominante, el caudillismo, la influencia determinante de una economía petrolera o de minería de extracción, hacia ello ira este análisis.
El filósofo Yeshayahu Leibowitz afirmó que un pueblo no es una realidad objetiva, sino el producto de la conciencia subjetiva. Para Leibowitz, un pueblo existe en la medida en que un colectivo se reúne con la conciencia de formar una nación y que esta conciencia se transmite de generación en generación. Es una conciencia con una «duración histórica» que no es consecuencia de la «realidad» llamada pueblo, pero es causa y condición de su existencia.
Los venezolanos hemos ido construyendo nuestra propia memoria historica y que podemos entender como afrenta hacia el futuro, o nuestra responsabilidad, analizada a traves de los hechos históricos, para definir nuestro futuro, en especial por el momento de crisis que nos azota. Entender el proceso de conquista y colonización de nuestra América nos lleva a revisar dos historias: la de Europa y muy especialmente la de España, donde, para el momento, coexistía una diversidad cultural y una crisis en la monarquía borbónica de España, donde se sucedieron hechos en los inicios del siglo XVII
 (1800), la invasión de Napoleón, que llevan a la monarquía Española a una crisis generalizada influyente en la transformación de las colonias hispanoamericanas en Estados independientes, tema casi olvidado o no bien estudiado en sus dimensiones reales; en segundo lugar la americana, donde intervinieron tanto hechos como causas diferentes en los orígenes de la conquista, tanto en lo político como en lo religioso y cultural. Cabe preguntar: ¿Tales hechos fueron determinantes en moldear e influir nuestra existencia?, ¿A más de quinientos años podemos borrar el ancestro cultural de las sociedades que habitaban este continente? ¿Se origino “un nuevo mundo” o fue “el final de un viejo mundo”? ¿Ese habitante, ese indio, habitante milenario, sometido a la barbarie de un sistema desconocido y cruel, ha sido subestimado e ignorado como sujeto de historia? ¿Es o no obligante revisar esa historia, es obligante o no, revisar los métodos de enseñanza de los jóvenes sobre la vida y las culturas autóctonas? Donde han quedado las subyaciencias arquetipales, los aportes mitológicos y cosmogónicos, las expresiones científicas de una cultura milenaria que por ser diferente, puede considerarse menos valiosa? ¿Existe o no, en las capas dirigentes de América Latina una responsabilidad histórica ante lo que fuimos ayer y lo que somos hoy? (Carmen Aranguren R. ULA. 1992).
Estas y muchas otras preguntas tratare de descifrar en el presente trabajo, donde colocare al indígena en su cultura, con sus ancestros, junto a un conquistador que llego a nuestro continente, unos en la búsqueda de las riquezas para satisfacer las necesidades de la corono española y cumplir así con su condición de vasallo y otro que agotado por las presiones religiosas y la impotencia de realización de sus sueños tuvo que emigrar en la búsqueda de nuevos espacios. Tanto el conquistador español como el inglés, trajo una cultura, y fomento una cultura, ambos terminaron con un “viejo mundo” y sembraron, “un nuevo mundo”. Cual ha sido nuestra herencia a traves de los tiempos. Entender esa herencia, su uso, el camino recorrido y el por recorrer, constituye una gran tarea. Los denominados Padres de la Patria en Norteamérica fomentaron una filosofía dirigida a crea una nación, en Estado nuevo, independiente dotado de identidad propia, para el futuro, en Latinoamérica se formo un pensamiento de solidaridad con la corona española, no una independencia total contra España.
“en nuestra memoria colectiva, la aventura de los conquistadores evoca imágenes de triunfo, de riqueza y de gloria, y aparece como una epopeya.  La historiografía occidental asocia el descubrimiento de América” a los conceptos de "renacimiento “y de “tiempos modernos”; la expedición de Colón coincide con el comienzo de una nueva era.  Pero se trata de una nueva era para Europa.  Desde la perspectiva de los indios vencidos la conquista significa un final: la ruina de sus civilizaciones.  (Watchel,  N.,1976,  p.35).
Próxima entrega: “Conquista, colonización y nuestra herencia”