lunes, 27 de mayo de 2019


ATALAYA 

CAMBIO O TRANSICION.
Genio R. Lobo

“Esos muertos a quienes maldicen hoy locas pasiones, debieran ser sagrados: sus faltas, si algunas cometieron, desaparecen ante el supremo esfuerzo que hicieron por la patria. Obscurecer el brillo que irradia su memoria es desagarrar nuestra epopeya.”
“Atentar a las glorias de Páez, es atentar a las glorias de Venezuela” Eduardo Blanco.

Quiero iniciar este trabajo señalando que primero me referiré a ciertos antecedentes, sin profundizar en ellos, de carácter histórico con la finalidad de tener una idea más clara de la importancia de la Transición y sus causas, luego haré referencia a algunas experiencias vividas y sus hechos, que nos podrán permitir entender mejor el proceso. Por otra parte, presentare una pregunta de importante significación: ‘¿Viviendo una continua incertidumbre en cuanto al futuro político, la crisis institucional, la crisis y ausencia de credibilidad de los partidos políticos, existe una posibilidad de llegar a un proceso de transición que nos retorne a la vida democrática, o por el contrario se mantendrá la continuidad “del proceso” hacia un mayor autoritarismo?  ¿Cuáles serán las vías para hacer viable esa transición?, ¿será un proceso lento y consensado, incluyente y de alta participación ciudadana?
Veamos, Venezuela vive un momento de crisis terminal, la misma es consecuencia de un proceso lento y silencioso, pero de alto elemento deteriorador, hasta el punto de ser nuestro país, hoy en día uno de los países con un  alto y peor condición productiva y creíble, es la gran cenicienta mundial, contradictoriamente la de mejores condiciones productivas. Es un proceso que no podemos entenderlo como algo coyuntural sino estrictamente estructural, con características muy especiales y me atrevería a decir, sin antecedentes. No solo es consecuencia de una crisis política, económica y social de origen estrictamente interno, es algo más, un algo que hace delicado y preocupante el tema en sí mismo; su origen tiene raíces externas e intereses políticos determinantes, carece de semejanzas a crisis sucedidas en otros lares internacionales y anda bajo la sombra de la inseguridad mundial.
Indiscutiblemente estamos dentro de una crisis de hechos y consecuencias políticas, económicas y sociales, no solo en lo interno sino también en lo externo. Es importante entender que sus causas no son solo económicas o sociales, el hecho político es el determinante, además ha sido preparado afuera y exportado a nuestro país, entender sus orígenes y causas es fundamental para comprender y poder buscar no solo el antídoto, es un virus que se fue incubando estratégicamente, el laboratorio está en el caribe, pero su sitio de ejecución  y desarrollo ha sido principalmente Venezuela y con proyección internacional, aquí es importante entender las condiciones geográficas y geopolíticas de Venezuela, de igual forma el poder influyente del terrorismo mundial, el narcotráfico, la delincuencia organizada, la guerrilla exportada, el determinismo político por la posesión de riquezas mineras altamente estratégicas, el derrumbamiento del sistema institucional constitucional y el grave hecho de una total ausencia de liderazgo político, tanto de partidos como personales.
En este análisis no podemos desatender ciertos hechos históricos. En los inicios del siglo XX Venezuela era uno de los países más pobres y atrasados, su organización política interna era casi nula, era un país que funcionaba determinado por los intereses personalistas de los caudillos, entendidos estos como los que conformaron la élite de los Héroes de la Patria y los grandes señores dueños de altas extensiones de tierra, su patrimonio estaba conformado por el dominio absoluto sobre la propiedad de la tierra, su influencia política en estamento gubernamental y la legión de vasallos: campesinos que solo habían heredado de la guerra de independencia su condición de instrumento productivo para el enriquecimiento de los Héroes y continuadores soñadores de un paraíso inalcanzable, solo tenían dentro de si su condición de ignorantes y vasallos, pero con un gran valor, ser los grandes cultivadores y los grandes soldados de una generación mistificada.
A la llegada del petróleo el país cambia profundamente, ya no es pobre ni indiferente al interés de capitales extranjeros, pero sigue careciendo de una clase política donde el futuro lo constituye el poder y el dominio sobre los sectores productivos, nace una nueva elite, una burocracia económica sustentada por los medios económicos y políticos. Con las inversiones extranjeras, nuestras políticas sobre todo las económicas van a depender mucho más de las empresas internacionales y de aquellos países como los Estados Unidos, trasladando al país la técnica y la organización capitalista más avanzada de la época, pero que conlleva condiciones de dependencia tecnológica, pues nuestro país no tenía ninguna posibilidad de participar en la producción y desarrollo de la maquinaria y equipo, actividad que se reservan los países desarrollados. Por su importancia el petróleo pasó a ser el factor determinante en aquella prosperidad económica, ya que fue y será la energía vital para el desarrollo industrial del mundo, sobretodo en el momento de la Primera Guerra Mundial donde Venezuela se caracterizó como país exportador de abundante petróleo, con grandes recursos petrolíferos, generando interés de potencias como: Estados Unidos, Inglaterra, Holanda.
Así comportados los hechos, Venezuela inicia la era de un país dueña de una gran riqueza natural y dependiente de los ingresos económicos que generan una renta petrolera, con una elite política, dentro de ella buenos y honestos intelectuales que empiezan a ver los nubarrones negros que determinaran la vida nacional, pero carentes voluntad y salvoconductos para ingresar a donde se toman las grandes decisiones: el poder; ellos se conforman con lo que obtiene y soportan la burocracia oficial dependiente del paternalismo oficial; sin embargo se empieza a generar un despertar agresivo, conformado por un grupo de estudiantes que venían consumiendo las vitaminas del intelecto de los procesos de cambio vivido en Europa  y predispuesto a ser protagonistas de una nueva historia: nace la generación del 28. Esta generación se organiza, se prepara intelectualmente y se crea un objetivo noble y patriótico, la Venezuela del futuro. Podríamos entender que con ellos se dan las bases para la construcción de la primera vía hacia la transición política nacional. Consumen su tiempo en el estudio y lectura de las filosofías políticas del momento, fundamentalmente en lo que se empieza a conocer como la filosofía marxista, la revolución americana, la revolución francesa y la revolución soviética. Alejandro Korn, ya daba cuenta de ello: “De allende los mares recibimos, en efecto, la indumentaria y la filosofía confeccionadas. Sin embargo; al artículo importado le imprimimos nuestro sello. Si a nosotros se nos escapa, no deja de sorprender al extranjero que nos visita; suele descubrirnos más rasgos propios –buenos o malos– de cuanto nosotros mismos sospechábamos” Los barcos de La Guaira, con rumbo a Europa y otros países, se acostumbran a recibir jóvenes cargados de fogosidad revolucionaria, en el exilio los estudiantes, desarrollan una intensa actividad política que se traduce en el temprano diseño de lo que será la nueva institucionalidad política de Venezuela. “Como documento político fundamental aparece en 1931 el Plan de Barranquilla que proponía la lucha contra el caudillismo militarista y el manejo de la cosa pública por los civiles, la confiscación de los bienes de Gómez, la creación de Tribunales de Responsabilidad Civil y Administrativa, la revisión de las concesiones petroleras otorgadas al capital extranjero, la nacionalización de las fuentes de energía y la municipalización de todas las empresas de servicios públicos    hay que  destacar que este reclamo aparece ya en 1928 en el planteamiento del Partido Revolucionario Venezolano – y la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente para que decidiera la suerte del país.” Velásquez (Ibíd.) explica que, en 1932,  Betancourt  plantea  la  primera  polémica  ideológica  con  los  nuevos  dirigentes  venezolanos influenciados por el pensamiento marxista en su publicación “Con quién estamos y contra quién estamos”. En ella advierte el fracaso de un partido de la clase obrera por la debilidad misma de ese sector en la población venezolana, proponiendo en cambio la creación de un amplio frente policlasista  y revolucionario para oponerse a los poderosos intereses nacionales e internacionales que representaba Juan Vicente Gómez. Ese mismo año 1932 Rómulo Betancourt y otros colaboradores forman en el exilio la Alianza Revolucionaria de Izquierda (ARDI) que se transforma el Movimiento de Organización Venezolana (ORVE) en 1936 y luego el Partido Democrático Nacional (PDN) ese mismo año, de cuya transformación posterior surge Acción Democrática en 1941” (Ramon Velásquez, 1976). Paralelamente a la avanzada irrupción de la propaganda marxista, en 1934 se realiza el Congreso de la Juventud de Acción Católica en Roma y allí participa el Bachiller Rafael Caldera. En ese Congreso se acuerda la necesidad de fundar en América Latina partidos que respondieran al ideario cristiano, orientados a las reformas sociales, capaces de enfrentar al movimiento comunista que monopolizaba las universidades y movimientos obreros.
En diciembre de 1936 se produce la muerte del dictador Juna Vicente Gómez, quien de inmediato es sustituido por el General Eleazar López Contreras, quien para el momento se desempeñaba como Ministro de Guerra y Marina, electo por el  Gabinete, para  encargarse  de  la  Presidencia  de  la  República  conforme  a  lo dispuesto  en  el  artículo  97  de  la  Constitución  Nacional. Luego de asumir el cargo el nuevo Presidente se dirige al país en una alocución donde cabe destacar: “(…) la salud de la República estuvo a punto de sucumbir: en ese momento  crítico  habían  dos  corrientes:  una  constitucionalista,  formada  por  los  Ministros  y algunos Presidentes de Estado y otra, personalista. Triunfó como todos saben la Constitucionalista y los hombres  del  antiguo  régimen  que  hoy  me  acompañan  hicieron  en  ese  momento  crítico  un  gran servicio a la patria, no me parece justo descartarlos (…)”, para agregar a continuación que el Gabinete es un término medio formado por algunos del antiguo régimen que respetaron el constitucionalismo y por “hombres de hoy”. (Ibíd., Doc. 13, pp. 55-59).
Con el fallecimiento de Gómez se da nacimiento en Venezuela una nueva época, concluyen los periodos iniciados a partir de la gesta independentista, Gómez termina con los caudillos regionales y a su fallecimiento se da una transición pacífica hacia la democracia; vale destacar algunos hechos significativos; el agotamiento de los caudillos regionales, la instauración de un gobierno central, el surgimiento de  reformas fundamentales en el sistema constitucional, el nacimiento de un nuevo sistema económico producto de la aparición del petróleo, el nacimiento de los primeros partidos políticos en consonancia con una nueva generación de líderes políticos, con formación intelectual e ideológica inspirada en corrientes internacionales que le permite una visión de país moderno, hecho este que se expresa en un documento político fundamental que aparece en 1931, primera iniciativa política en búsqueda de consensuar acuerdos y con visión de programa político, “el Plan de Barranquilla” que proponía la lucha contra el caudillismo militarista y el manejo de la cosa pública por los civiles, la confiscación de los bienes de Gómez, la creación de Tribunales de Responsabilidad Civil y Administrativa, la revisión de las concesiones petroleras otorgadas al capital extranjero, la nacionalización de las fuentes de energía y la municipalización de todas las empresas de servicios públicos; Rómulo Betancourt, en su obra, Venezuela Política y Petróleo, señala: “Nos entregamos a la apasionada indagación de las raíces doctrinarias de las diversas tesis políticas. Devoramos, más que leímos, libros de historia, de economía, de ciencias sociales. Se operó en la mayoría de los estudiantes exilados ese fenómeno común a las juventudes americanas de los años treinta: con fervor de neófitos sorbimos cuanto escribieron los clásicos del socialismo”.
La muerte de Juan Vicente Gómez, genera un cambio político y el establecimiento de un rumbo, donde la conducción está en manos de la conocida Generación del 28, deja la política de ser determinada por la aventura personalista para transformase en programa de gestión, se crean rumbos con destinos ciertos, nace el camino hacia la democracia y la gestión de gobierno, nace un ideal en beneficio de un nuevo país. Quienes asumen la dirección política tienen formación política, identidad nacional, en cada uno de ellos hay un liderazgo propio, un liderazgo fundamentado en bases ideológicas conformadas en el ideal de formar el nuevo país, no obstante la influencia externa, se puede apreciar un gran sentido renovador, es el caso de Acción Democrática, que en su declaración ideológica se identifica como un partido policlasista, va a un pluralismo participativo social, su comportamiento político es en función de la particpacion de las diversas clases sociales.
Se inicia la década del cuarenta, la aparición de los primeros partidos políticos, la conocida Revolución de Octubre, la primera Constitución Nacional con base ideológica y producto de un debate nacional, el Primer Gobierno democrático constitucional y de elección res popular y cierra la década con un gran tropiezo político, primera manifestación de los rezagos de la historia: un golpe de estado y una nueva dictadura. Los nuevos tiempos estarán determinados por el militarismo, el sectarismo, la exclusión, el populismo, el personalismo y un crecimiento económico determinado por el rentismo petrolero y la ausencia de un concierto armónico político que garantice la gobernabilidad. Cabe destacar que el mundo político queda orquestado por tres grandes partidos políticos: Acción Democrática, partido popular con tintes ideológicos izquierdistas, COPEI, partido de influencia religiosa y Unión Republicana Democrática (URD), también de influencia izquierdista. En los liderazgos políticos personales, quedan las figuras destacadas de Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera y Jovito Villalba.
¿La época que concluye se orientó por los cambios de gobiernos o por procesos de transición concertados? ¿Nacieron los liderazgos políticos colectivos y de partidos?

 


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