CAMBIO
O TRANSICION.
Genio R. Lobo
“Esos
muertos a quienes maldicen hoy locas pasiones, debieran ser sagrados: sus
faltas, si algunas cometieron, desaparecen ante el supremo esfuerzo que
hicieron por la patria. Obscurecer el brillo que irradia su memoria es desagarrar
nuestra epopeya.”
“Atentar
a las glorias de Páez, es atentar a las glorias de Venezuela” Eduardo Blanco.
Quiero
iniciar este trabajo señalando que primero me referiré a ciertos antecedentes,
sin profundizar en ellos, de carácter histórico con la finalidad de tener una
idea más clara de la importancia de la Transición y sus causas, luego haré
referencia a algunas experiencias vividas y sus hechos, que nos podrán permitir
entender mejor el proceso. Por otra parte, presentare una pregunta de
importante significación: ‘¿Viviendo una continua incertidumbre en cuanto al
futuro político, la crisis institucional, la crisis y ausencia de credibilidad
de los partidos políticos, existe una posibilidad de llegar a un proceso de
transición que nos retorne a la vida democrática, o por el contrario se
mantendrá la continuidad “del proceso” hacia un mayor autoritarismo? ¿Cuáles serán las vías para hacer viable esa
transición?, ¿será un proceso lento y consensado, incluyente y de alta
participación ciudadana?
Veamos,
Venezuela vive un momento de crisis terminal, la misma es consecuencia de un
proceso lento y silencioso, pero de alto elemento deteriorador, hasta el punto
de ser nuestro país, hoy en día uno de los países con un alto y peor condición productiva y creíble, es
la gran cenicienta mundial, contradictoriamente la de mejores condiciones
productivas. Es un proceso que no podemos entenderlo como algo coyuntural sino
estrictamente estructural, con características muy especiales y me atrevería a
decir, sin antecedentes. No solo es consecuencia de una crisis política,
económica y social de origen estrictamente interno, es algo más, un algo que
hace delicado y preocupante el tema en sí mismo; su origen tiene raíces
externas e intereses políticos determinantes, carece de semejanzas a crisis
sucedidas en otros lares internacionales y anda bajo la sombra de la
inseguridad mundial.
Indiscutiblemente
estamos dentro de una crisis de hechos y consecuencias políticas, económicas y
sociales, no solo en lo interno sino también en lo externo. Es importante
entender que sus causas no son solo económicas o sociales, el hecho político es
el determinante, además ha sido preparado afuera y exportado a nuestro país,
entender sus orígenes y causas es fundamental para comprender y poder buscar no
solo el antídoto, es un virus que se fue incubando estratégicamente, el
laboratorio está en el caribe, pero su sitio de ejecución y desarrollo ha sido principalmente Venezuela
y con proyección internacional, aquí es importante entender las condiciones
geográficas y geopolíticas de Venezuela, de igual forma el poder influyente del
terrorismo mundial, el narcotráfico, la delincuencia organizada, la guerrilla
exportada, el determinismo político por la posesión de riquezas mineras
altamente estratégicas, el derrumbamiento del sistema institucional
constitucional y el grave hecho de una total ausencia de liderazgo político,
tanto de partidos como personales.
En
este análisis no podemos desatender ciertos hechos históricos. En los inicios
del siglo XX Venezuela era uno de los países más pobres y atrasados, su
organización política interna era casi nula, era un país que funcionaba
determinado por los intereses personalistas de los caudillos, entendidos estos
como los que conformaron la élite de los Héroes de la Patria y los grandes señores
dueños de altas extensiones de tierra, su patrimonio estaba conformado por el
dominio absoluto sobre la propiedad de la tierra, su influencia política en
estamento gubernamental y la legión de vasallos: campesinos que solo habían
heredado de la guerra de independencia su condición de instrumento productivo
para el enriquecimiento de los Héroes y continuadores soñadores de un paraíso
inalcanzable, solo tenían dentro de si su condición de ignorantes y vasallos,
pero con un gran valor, ser los grandes cultivadores y los grandes soldados de
una generación mistificada.
A
la llegada del petróleo el país cambia profundamente, ya no es pobre ni
indiferente al interés de capitales extranjeros, pero sigue careciendo de una clase
política donde el futuro lo constituye el poder y el dominio sobre los sectores
productivos, nace una nueva elite, una burocracia económica sustentada por los
medios económicos y políticos. Con las inversiones
extranjeras, nuestras políticas sobre todo las económicas
van a depender mucho más de las empresas internacionales y de aquellos países
como los Estados Unidos, trasladando al
país la técnica y la organización capitalista más
avanzada de la época, pero que conlleva condiciones de dependencia tecnológica,
pues nuestro país no tenía ninguna posibilidad de participar en la producción y desarrollo de la
maquinaria y equipo, actividad que se reservan los países desarrollados. Por su
importancia el petróleo pasó a ser el factor determinante en aquella prosperidad
económica, ya que fue y será la energía vital para el desarrollo industrial del
mundo, sobretodo en el momento de la Primera Guerra Mundial donde Venezuela se
caracterizó como país exportador de abundante petróleo, con grandes recursos petrolíferos,
generando interés de potencias como: Estados
Unidos, Inglaterra, Holanda.
Así comportados los hechos, Venezuela inicia la era de un país
dueña de una gran riqueza natural y dependiente de los ingresos económicos que
generan una renta petrolera, con una elite política, dentro de ella buenos y
honestos intelectuales que empiezan a ver los nubarrones negros que
determinaran la vida nacional, pero carentes voluntad y salvoconductos para
ingresar a donde se toman las grandes decisiones: el poder; ellos se conforman
con lo que obtiene y soportan la burocracia oficial dependiente del paternalismo
oficial; sin embargo se empieza a generar un despertar agresivo, conformado por
un grupo de estudiantes que venían consumiendo las vitaminas del intelecto de
los procesos de cambio vivido en Europa
y predispuesto a ser protagonistas de una nueva historia:
nace la generación del 28. Esta generación se organiza, se prepara
intelectualmente y se crea un objetivo noble y patriótico, la Venezuela del
futuro. Podríamos entender que con ellos se dan las bases para la construcción
de la primera vía hacia la transición política nacional.
Consumen su tiempo en el estudio y lectura de las filosofías políticas del
momento, fundamentalmente en lo que se empieza a conocer como la filosofía
marxista, la revolución americana, la revolución francesa y la revolución
soviética. Alejandro Korn, ya daba
cuenta de ello: “De allende los mares recibimos, en efecto, la indumentaria y
la filosofía confeccionadas. Sin embargo; al artículo importado le imprimimos
nuestro sello. Si a nosotros se nos escapa, no deja de sorprender al extranjero
que nos visita; suele descubrirnos más rasgos propios –buenos o malos– de
cuanto nosotros mismos sospechábamos” Los barcos de La Guaira, con rumbo
a Europa y otros países, se acostumbran a recibir jóvenes cargados de fogosidad
revolucionaria, en el exilio los estudiantes, desarrollan una intensa actividad
política que se traduce en el temprano diseño de lo que será la nueva
institucionalidad política de Venezuela. “Como documento político fundamental
aparece en 1931 el Plan de Barranquilla que proponía la lucha contra el
caudillismo militarista y el manejo de la cosa pública por los civiles, la
confiscación de los bienes de Gómez, la creación de Tribunales de
Responsabilidad Civil y Administrativa, la revisión de las concesiones
petroleras otorgadas al capital extranjero, la nacionalización de las fuentes
de energía y la municipalización de todas las empresas de servicios
públicos – hay que
destacar que este reclamo aparece ya en 1928 en el planteamiento del
Partido Revolucionario Venezolano – y la convocatoria a una Asamblea Nacional
Constituyente para que decidiera la suerte del país.” Velásquez (Ibíd.) explica
que, en 1932, Betancourt plantea
la primera polémica
ideológica con los
nuevos dirigentes venezolanos influenciados por el pensamiento
marxista en su publicación “Con quién estamos y contra quién estamos”. En ella
advierte el fracaso de un partido de la clase obrera por la debilidad misma de
ese sector en la población venezolana, proponiendo en cambio la creación de un amplio
frente policlasista y revolucionario
para oponerse a los poderosos intereses nacionales e internacionales que
representaba Juan Vicente Gómez. Ese mismo año 1932 Rómulo Betancourt y otros
colaboradores forman en el exilio la Alianza Revolucionaria de Izquierda (ARDI)
que se transforma el Movimiento de Organización Venezolana (ORVE) en 1936 y
luego el Partido Democrático Nacional (PDN) ese mismo año, de cuya
transformación posterior surge Acción Democrática en 1941” (Ramon Velásquez,
1976). Paralelamente a la avanzada irrupción de la propaganda marxista, en 1934
se realiza el Congreso de la Juventud de Acción Católica en Roma y allí
participa el Bachiller Rafael Caldera. En ese Congreso se acuerda la necesidad
de fundar en América Latina partidos que respondieran al ideario cristiano, orientados
a las reformas sociales, capaces de enfrentar al movimiento comunista que
monopolizaba las universidades y movimientos obreros.
En
diciembre de 1936 se produce la muerte del dictador Juna Vicente Gómez, quien
de inmediato es sustituido por el General Eleazar López Contreras, quien para
el momento se desempeñaba como Ministro de Guerra y Marina, electo por el Gabinete, para encargarse
de la Presidencia
de la República
conforme a lo dispuesto
en el artículo
97 de la
Constitución Nacional. Luego de
asumir el cargo el nuevo Presidente se dirige al país en una alocución donde
cabe destacar: “(…) la salud de la República estuvo a punto de sucumbir: en ese
momento crítico habían
dos corrientes: una
constitucionalista, formada por los
Ministros y algunos Presidentes
de Estado y otra, personalista. Triunfó como todos saben la Constitucionalista
y los hombres del antiguo
régimen que hoy
me acompañan hicieron
en ese momento
crítico un gran servicio a la patria, no me parece justo
descartarlos (…)”, para agregar a continuación que el Gabinete es un término
medio formado por algunos del antiguo régimen que respetaron el
constitucionalismo y por “hombres de hoy”. (Ibíd., Doc. 13, pp. 55-59).
Con
el fallecimiento de Gómez se da nacimiento en Venezuela una nueva época,
concluyen los periodos iniciados a partir de la gesta independentista, Gómez
termina con los caudillos regionales y a su fallecimiento se da una transición pacífica
hacia la democracia; vale destacar algunos hechos significativos; el
agotamiento de los caudillos regionales, la instauración de un gobierno
central, el surgimiento de reformas
fundamentales en el sistema constitucional, el nacimiento de un nuevo sistema
económico producto de la aparición del petróleo, el nacimiento de los primeros
partidos políticos en consonancia con una nueva generación de líderes
políticos, con formación intelectual e ideológica inspirada en corrientes
internacionales que le permite una visión de país moderno, hecho este que se expresa
en un documento político fundamental que aparece en 1931, primera iniciativa política
en búsqueda de consensuar acuerdos y con visión de programa político, “el Plan
de Barranquilla” que proponía la lucha contra el caudillismo militarista y el
manejo de la cosa pública por los civiles, la confiscación de los bienes de
Gómez, la creación de Tribunales de Responsabilidad Civil y Administrativa, la
revisión de las concesiones petroleras otorgadas al capital extranjero, la
nacionalización de las fuentes de energía y la municipalización de todas las
empresas de servicios públicos; Rómulo Betancourt, en su obra, Venezuela
Política y Petróleo, señala: “Nos entregamos a la apasionada indagación de las
raíces doctrinarias de las diversas tesis políticas. Devoramos, más que leímos,
libros de historia, de economía, de ciencias sociales. Se operó en la mayoría
de los estudiantes exilados ese fenómeno común a las juventudes americanas de
los años treinta: con fervor de neófitos sorbimos cuanto escribieron los
clásicos del socialismo”.
La
muerte de Juan Vicente Gómez, genera un cambio político y el establecimiento de
un rumbo, donde la conducción está en manos de la conocida Generación del 28,
deja la política de ser determinada por la aventura personalista para
transformase en programa de gestión, se crean rumbos con destinos ciertos, nace
el camino hacia la democracia y la gestión de gobierno, nace un ideal en
beneficio de un nuevo país. Quienes asumen la dirección política tienen
formación política, identidad nacional, en cada uno de ellos hay un liderazgo
propio, un liderazgo fundamentado en bases ideológicas conformadas en el ideal
de formar el nuevo país, no obstante la influencia externa, se puede apreciar
un gran sentido renovador, es el caso de Acción Democrática, que en su declaración
ideológica se identifica como un partido policlasista, va a un pluralismo
participativo social, su comportamiento político es en función de la
particpacion de las diversas clases sociales.
Se
inicia la década del cuarenta, la aparición de los primeros partidos políticos,
la conocida Revolución de Octubre, la primera Constitución Nacional con base
ideológica y producto de un debate nacional, el Primer Gobierno democrático
constitucional y de elección res popular y cierra la década con un gran
tropiezo político, primera manifestación de los rezagos de la historia: un
golpe de estado y una nueva dictadura. Los nuevos tiempos estarán determinados
por el militarismo, el sectarismo, la exclusión, el populismo, el personalismo
y un crecimiento económico determinado por el rentismo petrolero y la ausencia
de un concierto armónico político que garantice la gobernabilidad. Cabe
destacar que el mundo político queda orquestado por tres grandes partidos políticos:
Acción Democrática, partido popular con tintes ideológicos izquierdistas,
COPEI, partido de influencia religiosa y Unión Republicana Democrática (URD), también
de influencia izquierdista. En los liderazgos políticos personales, quedan las
figuras destacadas de Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera y Jovito
Villalba.
¿La
época que concluye se orientó por los cambios de gobiernos o por procesos de
transición concertados? ¿Nacieron los liderazgos políticos colectivos y de partidos?