martes, 29 de marzo de 2011

El Amor de Javier Marias


Es esta una nota presentada en el Diario El País de España, por WINSTON MANRIQUE
El amor de Javier Marías
'Los enamoramientos' es la nueva novela del escritor madrileño que llegará a las librerías el 6 de abril. Babelia avanza hoy en primicia el comienzo del libro

Una cartografía del amor y los sentimientos, la muerte, las ausencias y la presencia de las ausencias, la impunidad, lo que creemos ver y saber y, claro, el azar; todo ello narrado en la voz de una mujer. Este es el ADN de Los enamoramientos (Alfaguara), la nueva novela de Javier Marías tres años después de que acabara su magnífico proyecto literario Tu rostro mañana. El libro del escritor y académico llegará a las librerías el próximo 6 de abril.
El escritor y académico celebra, además, los 40 años de su debut literario con Los dominios del lobo. Babelia ofrecerá en su edición de este sábado una entrevista con Javier Marías en su casa de Madrid.
“La última vez que vi a Miguel Desvern o Deverne fue también la última que lo vio su mujer, Luisa, lo cual no dejó de ser extraño y quizá injusto, ya que ella era eso, su mujer, y yo era en cambio una desconocida y jamás había cruzado con él una palabra. Ni siquiera sabía su nombre, lo supe sólo uando ya era tarde, cuando apareció su foto en el periódico, apuñalado y medio descamisado y a punto de convertirse en un muerto, si es que no lo era ya para su propia conciencia ausente que nunca volvió a presentarse: lo último de lo que se debió de dar cuenta fue de que lo acuchillaban
por confusión y sin causa, es decir, imbécilmente, y además una y otra vez, sin salvación, no una sola, con voluntad de suprimirlo del mundo y echarlo sin dilación de la tierra, allí y entonces. Tarde para qué, me pregunto. La verdad es que lo ignoro. Es sólo que cuando alguien muere, pensamos que ya se ha hecho tarde para cualquier cosa, para todo —más aún para esperarlo—, y nos imitamos a darlo de baja. También a nuestros allegados, aun que nos cueste mucho más y los lloremos, y su imagen nos acompañe en la mente cuando caminamos por las calles y en casa, y creamos durante mucho tiempo que no vamos a acostumbrarnos. Pero desde el principio sabemos —desde que se nos mueren— que ya no debemos contar con   ellos, ni siquiera para lo más nimio, para una llamada trivial o una pregunta tonta (‘¿Me he dejado ahí las llaves del coche?’, ‘¿A qué hora salían hoy los niños?’), para nada. Nada es nada. En realidad es incomprensible, porque supone tener certidumbres y eso está reñido con nuestra naturaleza: la de que alguien no va a venir más, ni a decir más, ni a dar un paso ya nunca —para acercarse ni para apartarse—, ni a mirarnos, ni a desviar la vista. No sé cómo lo resistimos, ni cómo nos recuperamos. No sé cómo nos olvidamos a ratos, cuando el tiempo ya ha pasado y nos ha alejado de ellos, que se quedaron quietos. Pero lo había visto muchas mañanas y lo había oído hablar y reírse, casi todas a lo largo de unos años, temprano, no demasiado, de hecho yo solía llegar al trabajo con un poco de retraso para tener la oportunidad de coincidir con aquella pareja un ratito, no con él —no se me malentienda— sino con los dos, eran los dos los que me tranquilizaban y me daban contento, antes de empezar la jornada. Se convirtieron casi en una obligación. No, la palabra no es adecuada para lo que nos proporciona placer y sosiego. Quizá en una superstición, aunque tampoco: no es que yo creyera que me iba a ir mal el día si no compartía con ellos el desayuno, quiero decir a distancia; era sólo que lo iniciaba con el ánimo más bajo o con menos optimismo sin la visión que me ofrecían a diario, y que era la del mundo en orden, o si se pre&ere en armonía. Bueno, la de un fragmento diminuto del mundo que contemplábamos muy pocos, como pasa con todo fragmento o vida, hasta la más pública o expuesta. No me gustaba encerrarme durante tantas horas sin haberlos visto y observado, no a hurtadillas pero con discreción, lo último que habría querido era hacerlos sentirse incómodos o molestarlos. Y habría sido imperdonable ahuyentarlos, además de ir en perjuicio mío. Me confortaba respirar el mismo aire, o formar parte de su paisaje por las mañanas —una parte inadvertida—, antes de que se separaran hasta la siguiente comida, probablemente, que tal vez ya era la cena, muchos días. Aquel último en que su mujer y yo lo vimos, no pudieron cenar juntos. Ni tan siquiera almorzaron. Ella lo esperó veinte minutos sentada a una mesa de restaurante, extrañada pero sin temer nada, hasta que sonó el teléfono y se le acabó su mundo, y nunca más volvió a esperarlo.”

Javier Marías (Madrid, 1951) es autor de Los dominios del lobo, Travesía del horizonte, El monarca del tiempo, El siglo, El hombre sentimental (Premio Ennio Flaiano), Todas las almas (Premio Ciudad de Barcelona), Corazón tan blanco (Premio de la Crítica, Prix l’Oeil et la Lettre, IMPAC Dublin Literary Award), Mañana en la batalla piensa en mí (Premio Fastenrath, Premio Rómulo Gallegos, Prix Femina Étranger, Premio Mondello Città di Palermo), Negra espalda del tiempo, Tu rostro mañana: 1 Fiebre y lanza (Premio Salambó), 2 Baile y sueño, 3 Veneno y sombra y adiós; de los relatos Mientras ellas duermen y Cuando fui mortal; de las semblanzas Vidas escritas y Miramientos; de la antología Cuentos únicos; de sendos homenajes a Faulkner y Nabokov, y de catorce colecciones de artículos y ensayos. En 1997 recibió el Premio Nelly Sachs, en Dortmund; en 1998, el Premio Comunidad de Madrid; en 2000, los Premios Grinzane Cavour, en Turín, y Alberto Moravia, en Roma; en 2008 los Premios Alessio, en Turín, y José Donoso en Chile; y en 2011, el Premio Nonino, en Udine, todos ellos por el conjunto de su obra. Entre sus traducciones destaca Tristram Shandy (Premio Nacional de Traducción 1979). Fue profesor en la Universidad de Oxford, y en la Complutense de Madrid. Sus obras se han publicado en cuarenta lenguas y en cincuenta países, con seis millones de ejemplares vendidos en todo el mundo. Es miembro de la Real Academia Española.
La crítica ha dicho:
“Javier Marías es uno de los más grandes escritores vivos” CLAUDIO MAGRIS
“De lejos es el mejor prosista español actual… Un escritorazo” ROBERTO BOLAÑO
“Entre quienes deberían recibir el Nobel está Javier Marías” ORHAN PAMUK
“Esta trilogía está llamada a ser una de las grandes novelas de nuestra época” ANTONY BEEVOR
“Uno de los mejores escritores europeos contemporáneos” J M COETZEE
“Utiliza el lenguaje como un anatomista el escalpelo, para dejar al desnudo los más íntimos secretos del ser humano” W G SEBALD
“Un escritor de genio” CHARLES BAXTER
“El de Marías es un estilo más de pensamiento que de escritura… Tu rostro mañana es su más conmovedora hazaña narrativa.” The New York Times.
Nota: Esta publicacion es un estracto textual del diario El Pais.

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