viernes, 2 de enero de 2015

2015 UN NUEVO ESCENARIO (II)
 “La historia de la humanidad no es la historia de la lucha de clases, sino el fruto de una lucha entre generaciones”. Ortega y Gasset
“es propio del cesarismo apoyarse justamente en la voluntad de aquellos a quienes aniquila políticamente” (Jerome Carcopino. Historiador romano.)

En la continuación de esta saga sobre el Escenario del 2015, analizare algunos aspectos muy puntuales y que considero serán influyentes en el acontecer nacional, entre ellos pudiéramos iniciar con la caracterización del medio político que origino el proceso que condujo a la actual crisis que identifica al país, estará obligatoriamente el relevo generacional, las acciones que tomara el desgobierno con la finalidad de sobrevivir en la tormenta que se avecina, algunos hechos que caracterizaron la llegada a la crisis y el papel de la ciudadanía en la búsqueda de soluciones a la salida de la crisis.
1958-1980.- El derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, llevo a Venezuela nuevamente a retomar el camino de la democracia; antes de 1958 y con posteridad a 1811, en el país tan solo se había disfrutado de un  trienio (1945-1948) con características democráticas, periodo este que permite con la promulgación de la primera Constitución Nacional democrática, sentar las bases para el nacimiento de un orden pluralista, en lo político, estrictamente participativo de todos los sectores socaires, de respeto de los derechos humanos y división de los poderes, consolidando el funcionamiento institucional del Estado de Derecho. El retorno a la democracia y una visión crítica de los errores del 45-48, con la aprobación de una nueva Constitución Nacional, con la participación libre y democrática, al igual que en el 47, se llega a un acuerdo de participación de los partidos políticos, que actúan como agentes, dentro del juego político, privilegiados de mediación entre el Estado y la Sociedad: el Pacto de Punto Fijo, que servirá de alianza para garantizar la gobernabilidad del nuevo gobierno.
Al presidente Rómulo Betancourt, nuevamente le corresponde encarar la difícil situación de la transición de la república a la democracia (anteriormente la correspondió en el año 1945). El Pacto de Punto Fijo se firmo el 31 de Octubre de 1958,las conversaciones iníciales se iniciaron en Nueva York, con los exilados políticos: Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jovito Villalba, quienes firmaron la primera versión, sobre el mismo el historiador Ramón J, Velázquez en 1992, señalo: “Terminaron por aceptar la tesis de que el porvenir seria suyo, en la medida en que entendieran que el poder político es el producto de un conjunto de alianzas y acuerdos entre los diversos sectores que integran el país.”
El Pacto de Punto Fijo se constituye sobre las bases de: defensa de la constitucionalidad y del derecho a gobernar conforme al resultado electoral: se explica allí que, cualquiera que fuese el partido que ganase las elecciones, los otros dos se opondrían al uso de la fuerza para cambiar el resultado; gobierno de unidad nacional: se formaría un gobierno de coalición y ninguno de los tres partidos tendría la hegemonía en el gabinete ejecutivo; los tres partidos se comprometían a presentar ante el electorado un programa mínimo común. Tal compromiso se establece dentro de las siguientes pautas: a) mantenimiento de la unidad en la divergencia, b) tolerancia y mutuo respeto, c) “libertad efectiva del sufragio”, d) “despersonalización del debate”, e) “erradicación de la violencia interpartidista”, f) defensa de la constitucionalidad y del derecho a gobernar conforme al resultado electoral, g) defensa de las autoridades constitucionales en caso de intentarse o producirse un golpe de Estado, h) gobierno de “unidad nacional” (repartición del gabinete entre los firmantes mientras la democracia esté en peligro, y en caso de no desear formar parte del gabinete evitar la “oposición sistemática que debilitaría el movimiento democrático”),i)  “programa mínimo común” (“ningún partido unitario incluirá en su programa particular puntos contrarios a los comunes del programa mínimo”) j) “frente unitario” de candidatos, planchas y programa; en caso de amenaza real de reagrupamiento de los grupos antidemocráticos. k) “constitucionalidad estable que tenga en sus bases la sinceridad política, el equilibrio democrático, la honestidad administrativa y la norma institucional”. 
El día 6 de Diciembre de 1958, concluida la campaña electoral, los candidatos: Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y el Contralmirante Wolfang Larrazábal, firman una declaración de principios y programa mínimo de gobierno, fundamentada en el contenido y el espíritu del pacto de Unidad suscrito el 31 de Octubre. Resalta en esta declaración el respeto absoluto a los resultados electorales y defensa del régimen constitucional, conformación de un gobierno de unidad popular, realizar una administración inspirada en un programa aprobado y suscrito por los tres candidatos presidenciales, se concluye señalando que  a los firmantes solo les anima “llevar a la conciencia de los venezolanos la convicción de que al terminar este proceso electoral, ejemplar en nuestra historia democrática, es indispensable  el  concurso  generoso  y  responsable  de  todos  sus  hijos  para realizar con sentido de permanencia la obra de recuperación democrática, cultural, espiritual y económica que reclama Venezuela”.
Constituido gobierno democrático (1959-1964), Venezuela disfruta por cuatro décadas de un amplio consenso alrededor de la gestión de gobiernos electos democráticamente, se logra establecer un ordenamiento que, con sus limitaciones y deficiencias, es el más próximo al ideal republicano y  democrático perseguido desde el inicio independentista. Se consolida la hegemonía de los partidos políticos y llega a ser determinante en el devenir del desarrollo democrático. Los venezolanos nos acostumbramos a convivir civilizadamente en paz y a gozar de una envidiable estabilidad política y socioeconómica, llegamos a ser en Latinoamérica ejemplo de crecimiento y desarrollo democrático. Pero a manera que el sistema democrático se desarrollaba, el igual que en el cuerpo humano un virus fatal estaba en formación. Venezuela económicamente se consolida dentro de una economía rentista petrolera, fortalecida en lo interno y lo externo. La actividad petrolera se vincula a la economía como una actividad productiva y como fuente rentística. Su influencia determinante se proyecta a lo económico, a lo sociopolítico, a lo cultural y en la institucionalidad del país ha sido profunda y contradictoria, lo que ha permitido que el Estado se haya amoldado al esquema rentístico.
Los gobiernos de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni, con una gran visión de futuro, impulsaron la unificación de los mercados petroleros, para defender los interese de los países petroleros. Al momento el mercado petrolero se encontraba bajo el control de  siete grandes empresas, conocidas como “Las Siete Hermanas”, el 9 de septiembre de 1960, por iniciativa de los Ministros petroleros de Venezuela y Arabia Saudita, Pablo Pérez Alfonso y el jeque Abdulah Al Tariki, se procede a la creación de un denominado Compacto Petrolero: la OPEP. En la idea de la creación de la OPEP estuvo presente la visión de transformar la “cara rentista” " de las exportaciones en actividad productiva creciente en los países exportadores, por otra parte, se indujo el desarrollo del proyecto industrial-energético de Guayana, aprovechamiento del potencial hidroeléctrico y del hierro en Guayana, nace así la primera ciudad industrial planificada de Venezuela y Latinoamérica, Ciudad Guayana. Es la iniciativa que constituye una verdadera siembra del petróleo. Estas acciones traen como consecuencia el advenimiento de dos grandes instituciones empresariales nacionales: La Corporación Venezolana de Petróleos (CVP) y la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), en ambas prevalece el sentido de Producción y Exportación. Los ojos del mundo, especialmente Latinoamérica y el Caribe, se concentran en Venezuela, pero dentro de esas miradas se encuentra la de un dictador del Caribe: Fidel Castro.
Derrocado el dictador Fulgencio Batista, en Cuba, por la Revolución Cubana, bajo el liderazgo de Fidel Castro, en Latinoamérica nace la pasión por dicha revolución y la admiración de su líder, los ánimos juveniles y anti imperialistas y de odio hacia los Estados Unidos se enfebrecen y es así como los países de Latinoamérica empiezan a vivir un apasionado sentimiento revolucionario a imagen de lo cubano.
Fidel Castro es invitado a Venezuela en el año de 1959, dentro del marco de la conmemoración del derrocamiento de Pérez Jiménez, el 23 de Enero del 58, para el momento tenía solo días de haber derrocado la dictadura de Batista, y Wolfang Larrazábal U., Presidente de la Junta Patriótica, le invita y viene en agradecimiento al apoyo prestado por Venezuela, inclusive le había sido enviado un embarque de dos aviones con armas para la revolución. Fue una visita de tres días, pero donde se identifico la falta de empatía manifiesta desde el primer momento entre Betancourt y Fidel, posteriormente, las relaciones entre ambos gobiernos se dificultarán hasta llegar a la ruptura.
La reunión entre Fidel y Betancourt fue amistosa pero muy tensa, el objetivo principal del visitante era conseguir con el recién electo presidente un acuerdo de suministro petrolero, este le explica que si bien es cierto que en su gobierno va a reiniciar una política de “No” concesiones, al momento la producción y comercialización se encuentra en manos de las trasnacionales petroleras, las circunstancias del momento le hace imposible convenir en un intercambio de gobierno a gobierno entre Venezuela y Cuba, el pensar en una nacionalización inmediata era imposible ya que el ingreso petrolero constituía un 90% del ingreso fiscal y casi la totalidad del ingreso de divisas, mas el país atravesaba por una crisis financiera debido a fuga de capitales y la deuda dejada por el dictador de aproximadamente unos 4.000 millones de dólares. Castro le había indicado a Betancourt que nacionalizaría las empresas batisteras y norteamericanas, ante lo cual le señalo que no era lo mismo estatizar dos vetustas refinerías en Cuba que hacerlo con una producción que para el momento constituía el 46% de las importaciones petroleras de los Estado Unidos, recomendándole a su vez, lo indica así en sus memorias, que lo hiciera pero indemnizando las empresas, evitando en esa forma consecuencias negativas. El mismo Betancourt comentó tiempo luego que Castro no parecía escuchar los argumentos y seguía hablando que Venezuela y Cuba debían aliarse para enfrentarse a los EE.UU, y concluye: “Allí di por terminada la reunión”.
Castro regresó a Cuba y sacó de la manga el as escondido del petróleo soviético, pacto que al firmarse en 1960 ocasionó que las transnacionales petroleras cortaran los suministros que venían haciendo desde los yacimientos venezolanos. México se negó a suministrar petróleo a Cuba, excepto una pequeña cuota, con el alegato de que su producción si acaso alcanzaba para su propio consumo, y se ha dicho que Canadá hizo lo propio.  Al cortarse los suministros, Castro amplió el pacto con la URSS para la totalidad de suministros petroleros de la isla.
En el transcurrir del tiempo Castro en su afán de exportar la revolución cubana hace contactos con los grupos de extrema izquierda de Venezuela y fomenta el desarrollo de la guerrilla en nuestro país, inclusive el conocido Che Guevara intento venir a dirigir el  movimiento guerrillero, pero para ese momento el Partido Comunista estaba en proceso de análisis de retirada de la lucha armada, y el Che se vio en la necesidad de irse al Congo, para luego pasar a Bolivia. Como un elemento más de la intromisión abierta de La Habana en Venezuela podemos señalar la invasión por Machurucuto, una de las instrucciones de Fidel era que el éxito a obtener debía garantizar el acuerdo petrolero con Cuba, de esta manera queda demostrada la obsesión por apoderarse del recurso petrolero venezolano de parte de Fidel Castro.
La injerencia obsesionada Fidelista en el proceso democrático venezolano ha tenido como objetivo tanto la exportación de la revolución cubana y conseguir el ingreso a la economía cubana del potencial petrolero venezolano, lo que le garantizaría a Cuba una mayor independencia en  lo económico y en lo político, especialmente después de la caída del Muro de Berlín, entender este interés estratégico es poder entender la crisis que hoy azota a Venezuela.
Fidel Castro y su capacidad de seducción aunado a su carisma, ha sabido manejar estratégicamente los resortes que le allanen el terreno para el logro de su obsesión petrolera; hay dos actuaciones importantes que confirman su capacidad de seducción y su disposición de interferir en la vida venezolana. Cuando se realizo en Cuba…. (continua)


No hay comentarios:

Publicar un comentario