sábado, 19 de febrero de 2011

d.E… (Después de Egipto)
Inicio el presente trabajo refiriéndome a un señalamiento del tres veces ganador del Premio Pulitzer, Thomas Friedman, y autor de “El mundo es plano”, y a un artículo del Premio Nobel, Mario Vargas Llosa, el primero indica que el movimiento popular que ha sacudido a los países del medio oriente, constituye un gran desmentido a quienes como  Thomas Carlyle, creen que "la historia del mundo es la biografía de los grandes hombres". Coincido con el autor en cuanto a que el movimiento que concluyo con el nefasto poder de Mubarak, tiene su origen en la sociedad civil, sin comportamiento religioso, donde jóvenes y sociedad conforman el liderasgo.
Friedman señala: “Veremos más elefantes voladores”; muchos caudillos, tiranos, dictadores, políticos nestán desarrollando preocupación por los hechos sucedidos; habrán cambios no previstos, reacciones de comunidades que en una forma o en otra empezaran a pesar en la necesidad de búsqueda de cambios, ya no presentados por cúpulas políticas u organizaciones partidistas. Lo sucedido prepara a los jóvenes de hoy para entender que al igual que en Egipto pueden ejercer un movimiento protagónico en la búsqueda de comportamientos para liderizar la ruptura con gobiernos que a lo largo de la historia han tenido a sociedades en las tinieblas mediáticas, permitiéndose manipularlas, someterlas a la explotación mediante el cultivo de la ignorancia y políticas populista con la pérdida de derechos fundamentales, el libre ejercicio de la libertad de pensamiento, el desarrollo de ideales democráticos, mejora de las condiciones humanas de producción, queriendo sembrar agotadas ideologías, que bajo un falso planteamiento socialista o anti-capitalista, persiguen distanciar a los pueblos de un moderno desarrollo.
Hoy en día la globalización, la telefonía móvil, las redes sociales: el Facebook, el Twitter, los blogs, los medios tecnológicos creadores de un nueva tecnología audiovisual, que permiten una información inmediata y constante de lo que va sucediendo en el mundo, llegando a todos los rincones del planeta en el mismo instante que suceden, es lo que está permitiendo “Que veamos volar los elefantes”. Nada está previsto, veremos cambios impensables. El mundo del internet y la moderna tecnología audiovisual está rompiendo con viejos esquemas de gobierno, con agotados criterios de gobernar. Los cambios políticos a que se verá sometido el Oriente Próximo inducirán a nuevas actitudes y comportamientos de los grupos sociales.
La caída del Muro de Berlín permitió la salida del pueblo soviético del atraso y la ignorancia, fueron muchos años de sometimiento a una política donde el estado era el dueño y señor de la voluntad de un pueblo, se vulneraron los principios democráticos, la libertad de pensamiento, la libre iniciativa de actuar conforme a los anhelos de crecimiento espiritual, intelectual e ideológico de la persona. El personalismo fundamentado en una falsa revolución, donde se utilizaba y se hacía crecer la ignorancia de un pueblo, permitió la colocación de cadenas que inhabilitaron a una sociedad para poder crecer, con un afán expansionista el totalitarismo se extendió por medio Europa, ocasionando mayor opresión, persecución (religiosa e ideológica) que el mismo nazismo, pueblos que perdieron su independencia y soberanía territorial.
Hoy cuando la población de Egipto se ha sublevado y destituido al “faraón” totalitarista nos vemos obligados a una solidaridad activa y a una reflexión sobre el beneficio que millones de árabes obtendrán cuando tiene la oportunidad para integrarse al mundo moderno, en una sociedad democratica y con libertad de pensamiento.
En Latinoamérica podrán “volar elefantes”, especialmente para aquellos gobernantes aprendices de la instauración de gobiernos totalitarios e interesados en sustraer a nuestro territorio del proceso de cambio y modernización de nuestros gobiernos.
Si los jóvenes egipcios y practicantes de las redes sociales lograron inducir el cambio en la nación egipcia, Venezuela y toda Latinoamérica no podrá ser la excepción.
Si los jóvenes y la población egipcia se lanzo a las calles para decir que se merecen un futuro mejor, que ninguno tiene la culpa de haber nacido en un país en donde la economía crece solo en beneficio de unos pocos y en detrimento de la mayoría, donde decir lo que se piensa, lo que se quiere conforma una disidencia a castigar; se nos hace obligante entender que la sociedad organizada, con sentido de unidad y visión de futuro puede lograr que el déspota y los gobernantes corruptos entiendan que el país es de todos y merece ser gobernados por los mejores y en función del mejoramiento de todos, donde el valor fundamental lo constituya el libre ejercicio de la democracia, la pluralidad de pensamiento y la igualdad social.
Así piensa una joven egipcia ante el momento que viven.” A la generación de nuestros padres le toco vivir tiempos muy duros. Han vivido sintiéndose derrotados por las guerras. Nosotros no. No nos sentimos perdedores y no queremos serlo. Sabemos cómo funciona el mundo y eso nos da poder.”
En Berlín cayo un muro, en Egipto se abre una venta al futuro…












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